Republica Bolivariana de Venezuela Ministerio del Poder
Popular para la Educación
Liceo Bolivariano Cacique Naiguatá
4 Ciencias “B”
Mutacionismo del
siglo 20
Prof: Judeixys Marcano Alumna: Jeremi Ramos
Teoría
Sintética de la Evolución
Los nuevos descubrimientos llevaron a los
biólogos de principios seiglo XX a revisar algunos puntos de la teoría de
Darwin y a interpretarla desde otro punto de vista: Se rechazo el
lamarckismo principio que Darwin nunca llego a abandonar por completo. Quedó desechada la idea de la herencia como
fenómeno de mezcla según la cual los rasgos de los progenitores se mezclaban en
la descendencia. Se propuso una nueva teoría La teoría sintética de la evolución,
que hermanóla teoría de la selección natural, con los nuevos descubrimientos
procedentes de la genética, paleontología y ecología.
Hasta los años 40 del siglo XX, la sistemática permaneció ajena a los nuevos marcos teóricos
aparecidos en la biología. Por supuesto, se había intentado, desde Darwin y Haeckel, aplicar la teoría de la
evolución a la sistemática, pero con poco éxito. La mayor parte de los trabajos
sistemáticos se limitaban a la mera descripción; se describía las especies, se proporcionaban los medios para
reconocerlas y se situaban en la jerarquía linneana.
En la década de los 40, se produjo una
revolución conceptual en la sistemática; los sistemáticos se empezaron a
interesar, no solo por la descripción, sino por el esclarecimiento de la
historia y la evolución de los seres vivos. Fruto de estas nuevas inquietudes surgieron tres grandes
escuelas sistemáticas: sistemáticas evolutiva, sistemática fenética (o taxonomía numérica) y sistemática
filogenética (o cladística).
La sistemática evolutiva se fundamenta en la
genealogía y en la similitud. Otorga una importancia capital al grado de adaptación para establecer las clasificaciones. El grado
de adaptación es una unidad anagenética, es decir, un estado de progreso, de
perfección evolutiva.
Según Mayr, dados dos grupos hermanos, uno puede estar biológicamente muy cercano a
la especie ancestral (como los cocodrilos, en el cladograma adjunto), mientras que el otro puede haber
adquirido un nuevo nicho adaptativo y haber evolucionado hacia un nuevo tipo
(las aves en el cladograma). En estas condiciones, si sus caracteres
biológicos se han hecho muy diferentes, estos grupos tendrán un rango diferente
en la jerarquía linneana. Para evaluar el grado de diferencia entre grupos
hermanos, los evolucionistas se fundamentan en el número de autapomorfías, es decir, de novedades evolutivas exclusivas
que determinan el taxón más evolucionado. Así, las relaciones entre las aves y los reptiles
actuales son las mostradas en el
cladograma siguiente. Según la sistemática evolutiva, dado que las aves han
acumulado numerosas autapomorfías, han ocupado un nicho adaptativo totalmente
diferente al de los reptiles actuales y poseen muchas más especies que ellos,
es justificado separarlas en un taxón propio.
Planteamiento
del Neodarwinismo
Los mecanismos que
explican la evolución de los seres vivos son básicamente los que expone la
teoría conocida como Neodarwinismo que conjuga las afirmaciones del Darwinismo
con los descubrimientos de la Genética, la Paleontología y otras ramas de la
Biología, por lo que recibe también el nombre de Teoría Sintética.
La teoría
neodarwinista fue elaborada en los años treinta y cuarenta por Dobzhansky,
Simpson, Mayr, Huxley, etc..., basándose en la variabilidad genética y en la
selección natural, aspectos proporcionados por la teoría darwinista, pero con
algunas modificaciones debido principalmente a los novedosos conocimientos
sobre genética, ecología.
Misión
eclética para explicar la evolución del neodarwinismo
Ninguna teoría científica ha hecho correr tanta
tinta como la teoría de la evolución. Desde que en 1859 Charles Robert Darwin
publicó su famoso libro titulado El
origen de las especies la
polémica en torno al alcance y los límites de esta teoría no ha dejado de ser
objeto de airado debate. Dentro de la ciencia prácticamente nadie duda de la
realidad del hecho evolutivo, lo que se discute es cómo se produce la
evolución, cuáles son sus causas, de qué manera se ha ido desarrollando, si ha
sido de forma lenta y gradual o a través de saltos bruscos que se han dado en
momentos puntuales. Pero las discusiones más agrias se han producido más allá
de la ciencia. No hay duda alguna de que en la actualidad uno de los debates
más intensos entre ciencia y religión es el que hace referencia a la
compatibilidad entre la teoría científica de la evolución y la doctrina
religiosa de la creación. 150 años después de la publicación de la citada obra
de Darwin los debates siguen tan abiertos como entonces; quizás, incluso, con
mayor vigor y con una vitalidad renovada. Detrás de la obra está el autor. Pero
... ¿quién fue realmente Charles Darwin? Su teoría científica fue utilizada
bien pronto como arma arrojadiza contra la religión. ¿Cuál fue su intención?
¿Sólo aspiraba a establecer una teoría científica alternativa al fijismo
imperante o también pensaba que estaba aportando pruebas científicas a favor
del ateísmo?
En 1809 Jean Baptiste Pierre Antoine de Monet (1744-1829),
más conocido como el Caballero de Lamarck, publicaba el libro en el expuso sus
teorías evolucionistas: La
philosophie zoologique. El 12 de febrero de ese mismo año nacía Charles
Robert Darwin; y lo hacía en el seno de una familia acomodada de Shrewsbury,
capital del condado de Shropshire, al oeste de Inglaterra y cerca del País de
Gales. Fue el quinto de seis hermanos, cuatro chicas y dos chicos. Su padre,
Robert Waring Darwin (1766-1848) era, un médico de gran prestigio, lo mismo que
su abuelo paterno Erasmus Darwin (1731-1802), quien había escrito un poema en
el que apostaba por una visión evolutiva de la vida. Su madre, Susannah
Wedgwood (1765-1817), era hija de Josiah Wedgwood I, un ceramista famoso de
Maer que había triunfado con el inicio de la revolución industrial.
Por voluntad expresa de su madre, para realizar
los primeros estudios ingresó en la escuela Unitaria del reverendo Case. Pero
la muerte prematura de Susannah Wedgwood en 1817 llevó al señor Darwin a tomar
la decisión de trasladar a su hijo al internado del Dr. Butler. Darwin nunca
fue un alumno brillante. En la enseñanza básica sus notas fueron normales y en
su paso por la universidad tampoco logró destacar académicamente. La realidad
es que fue un estudiante normal y corriente.
Grant le expuso a Darwin las doctrinas
evolucionistas de Lamarck y le recordó que su abuelo Erasmus también había sido
evolucionista. Pero a Darwin no le convencían los argumentos de ninguno de los
dos. Por entonces Charles Darwin era fijista, es decir, opinaba que Dios había
creado todas las especies tal como se conocían entonces y que las había
distribuido por la Tierra de la forma más conveniente para ellas. Sin embargo,
era una situación que no podía mantenerse por mucho tiempo. Sus hermanas le
ayudaron explicándole al padre la falta de vocación del joven Darwin,
principalmente debido a lo mal que lo pasaba en el quirófano. Aunque
descontento el señor Robert Waring no tuvo más remedio que aceptar la
situación. Preocupado por el futuro de su hijo, temía que se disipara en una
vida disoluta, decidió que estudiara teología en Cambridge a fin de que se
convirtiera en un párroco rural anglicano. Después de pensárselo Darwin aceptó;
dos fueron las razones que le impulsaron a ello. Por una parte no le desagradaba
dedicarse a atender las necesidades espirituales de la gente y por otra, esta
profesión le dejaría tiempo más que suficiente como para poder cultivar su gran
afición: ser un naturalista.